martes, 7 de octubre de 2008


EL OSCURO PASAJERO



Para quien no lo conozca ya, os presento a Dexter Morgan, el único que ha conseguido en los últimos 15 años que vea algo en la tele con regularidad, y que al menos un día a la semana reclame el poder sobre el mando a distancia (que nunca debí perder, en fin). Sí, me tragué la primera temporada en la Cuatro. Con anuncios. Con más anuncios. Con minianuncios tocacojones de “volvemos en 2 minutos”. Y cada jueves hasta que acabara, fuera la hora que fuera. Por supuesto, pensaba hacer lo mismo con la segunda, pero la genial idea de programarlo a las 23.30 –doble capítulo- ha hecho que pase de verla, en beneficio de mis horas de sueño y por extensión, de mi cordura. En cualquier otro caso, ante una situación así, abandonaría la serie (como con Héroes o el Scofield), sin embargo ya he dicho que me ha enganchado tela. De modo que le pedí a mi colega Darío que me pasara la segunda temporada, PARA IR VIÉNDOLA SEMANA A SEMANA, los mismos capítulos que echaran en Cuatro pero sin publicidad y a mi hora, y poder comentar con el colega sin riesgo de spoilers. Y UN MOJÓN PA MÍ, como era de esperar. Ya me la he traguado entera (la temporada) en una maratón de más de 10 horas (no seguidas, por supuesto).


Creo que ya os hablé una vez de mi problema con los términos “regularidad” y “mesura”, aplicados a ciertas situaciones. El caso es que “Dexter” ha llegado a un nivel en mi escala de atención que sólo había conseguido “Lost”, en lo que a televisión se refiere. El nivel en el que te vas bajando cada semana el puto capítulo que echen en USA subtitulado. ¿Por qué ésta y no otras? La verdad es que no lo sé, porque no soy demasiado amigo de las series de policías y asesinos. Y el protagonista me caía gordo antes de empezar a verla (no, no he visto “Six Feet Under”). También tiene fallos argumentales de peso, y situaciones que escapan a cualquier lógica. Y personajes más que manidos, como el salido de turno, el poli hispano, el poli negro cabrón (que vaya cambio el Doakes al final de la segunda), etc, etc. Sin embargo, creo que la responsabilidad de mi enganche recae casi exclusivamente en el personaje principal. Con 15 años os diría que me identifico con él, que yo también oculto mi verdadera cara, que nadie lo entendería. Gilipolleces. Pero lo que sí es cierto es que esta serie tiene algo especial, como decirlo, cierta elegancia en su factura y su ritmo, que me atraen de verdad, unido por supuesto al hecho de que el prota sea un hijo de puta del copón (y no en plan House). La música, la crudeza en ciertos momentos, la presencia de Jennifer Carpenter y algunas frases memorables de la voz en off han hecho el resto. Y esta vez no pienso dejarlo…

1 comentario:

Maricarmen dijo...

Estoooo...así que has perdido el "poder" sobre el mando a distancia, eh??? Ummmhhh...tienes algo que decirme?? ;-) ....y eso de que ocultas tu verdadera cara y te sientes identificado con el...no lo he entendido muy bien...Repito: TIENES ALGO QUE DECIRME????
Hay algo que debería saber y aún no me has contado?????
Bueno, espero que realmente, sea eso...que no lo he entendido muy bien...:-)

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Este es el blog de Félix Sotomayor, el único friki que no juega a rol, no escucha heavy metal ni derivados, odia a muerte la Dragonlance, nunca se ha disfrazado en un estreno de cine y tiene novia no-friki. En el blog, encontrarás artículos de todo tipo, que incluyen, jeje: arte, Tolkien, ilustración, soplapolleces, porno duro con animales, art, illustrator, mundos épicos, peter bagge, star wars, el señor de los anillos, cine, críticas, dibujos, drawings, series tv, fantasía, épica, lego, muerte, destrucción, felix, artist, death and destruction, lost y todos los palabros que se me vayan ocurriendo para poner aquí, en este absurdo intento de pseudo-comando meta dese... Por cierto, si has encontrado esto debes estar muy muy aburrido. Quizás tendrías que comprarte un perro... o una Play 3.